miércoles, 6 de febrero de 2013

COACHING Y PSICOTERAPIA.



COACHING Y PSICOTERAPIA.


Muchas veces las personas preguntan y se preguntan ¿qué es el coaching?
Simultáneamente, los coaches ofrecemos nuestros servicios para resolver determinados temas de relación, comunicación y otros aprendizajes, a personas y organizaciones. Muchas veces, nosotros mismos, no somos capaces de transmitir claramente en qué consiste o para qué sirve, nuestra práctica.

Es también una actitud repetida, que utilicemos palabras “difíciles”, para explicar qué hacemos. Esto no aclara nada, pero nos da un aire misterioso que suele despertar curiosidad.

La cuestión es que el coaching, al ser una profesión relativamente nueva, está constantemente redefiniéndose y buscando su “lugar en el mundo” de las actividades que dan servicio a personas, familias y empresas.

Si buscamos una definición de “coach”, surge claramente el vocablo del inglés que significa “entrenador”. Es más, en algunos países de habla hispana, se utiliza aquella palabra, para nombrar a los coaches.

Más allá del significado de las palabras, sostengo que, esa búsqueda constante de los profesionales del coaching acerca de qué están siendo y haciendo en este mundo, es más que saludable. Y declaro además que lo que sí podemos tener muy claro en este momento que “qué, no somos”.

A partir de esta certeza (qué, no somos), es que podemos hacerle saber a nuestros posibles clientes, cuál es la diferencia básica entre el coaching y otras profesiones con las que se complementa.

Coaching y psicoterapia: Si bien muchos coaches son psicólogos y la formación psicológica ayuda para los procesos de coaching,  distinguir claramente aquello que no es objeto de nuestra actividad es de gran utilidad.

El coaching interviene en los espacios no patológicos del accionar humano. Accede desde el lenguaje, la emocionalidad y la corporalidad a tratar a través de conversaciones, aquellas inquietudes o problemas que el cliente quiere resolver, pero que no son de origen patológico.

El coach acciona en el aquí y ahora y hacia el futuro, no interviene en el inconciente profundo del cliente, ni en sus situaciones traumáticas pasadas.

En caso de que el coachee, manifieste una fijación en determinados modos de ser, relacionado con mecanismos inconcientes, el coach sugiere, inmediatamente, derivarlo a un profesional de la psicología y en ese caso, puede seguir actuando como un supervisor de los avances que logre el coachee o simplemente declararse incompetente para aquella situación.

Otra diferencia es que el coach, en esa “danza comunicacional” que es la conversación, solamente profundiza en aquellos temas que el coacheado desee. El coach respeta esencialmente, la libertad del coachee para que sea éste quien protagonice el proceso y ponga los límites a la profundidad de la intervención del coach. El coachee, marca el tempo y el ritmo de la danza del coaching.

 Es normal, en una conversación oír a un caochee, que en algún momento dice algo así como: “De ese tema no quiero hablar”. En ese caso, el profesional, con toda humildad, busca otros accesos para ayudar el cooachee e encotrar las respuestas y el aprendizaje que le permita los extraordinarios resultados que proporciona el proceso de coaching.

En la próxima entrada hablaré de coaching y consultoría. Espero los comentarios, gracias y nos seguimos comunicando.   

2 comentarios:

  1. Muy bueno, es así!!! es difícil explicar el rol, lleva más tiempo que explicar otras especialidades. pero se puede!!!
    en mi caso cuando hay organizaciones "enfermas" prefiero no trabajar

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    1. Gracias Patricio por tu comentario. Es un tema de debate entre nosotros. Yo suelo accionar en el fino límite entre la patología y lo que llamamos "normalidad". La pregunta es Cuál es ése límite? Qué es "ser normal"?...

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