martes, 13 de mayo de 2014


QUIÉN ES Y QUÉ HACE UN COACH ONTOLÓGICO


No son pocas las veces que somos preguntados acerca del significado de la frase que da título a estas reflexiones.

En principio, podríamos decir que la palabra Coach, proviene de los deportes, donde hay una persona que está el frente de un grupo y lo guía y lidera hacia el logro de los objetivos de la disciplina que practican.

En ese sentido un Coach deportivo, tiene conocimientos (expetisse) de los aspectos técnicos y físicos a desarrollar más las tácticas y estrategias que lleven a su equipo a lograr los resultados propuestos.

Esto, entendiendo la idea desde el concepto de “Texto o contenido”.

No obstante, un Coach deportivo, tiene también habilidades de “contexto” o podríamos decir, de aquello que rodea al texto, conteniéndolo, tales como la capacidad para motivar, el manejo de grupo, un ascendiente emocional entre sus dirigidos, etc.

Todo esto puede definir a un Coach deportivo, de donde proviene el nombre de nuestra profesión.

Lamentablemente, aquel análisis, no llega a poder definir claramente la pregunta de esta nota.

Podríamos decir que un Coach ontológico es un experto en habilidades comunicacionales, entre las que se destaca, claramente, la escucha efectiva.

También podemos definir que un Coach Ontológico es alguien que está profundamente convencido que todos los seres humanos (incluyéndolo a él o ella), somos “modelos para armar” o “seres humanos en construcción permanente”. Y que hace de este concepto el eje en torno al cual gira todo su accionar.

Los Coaches Ontológicos, conciben al ser humano como una existencia que construye su esencia a través de la vida y que en ese permanente construir, va generando acciones que provocan determinados resultados, (Ser- hacer- tener).

El Coaching Ontológico es, por definición, “constructivista”, ya que considera a la vida como un proyecto que puede redefinirse (rediseñarse), permanentemente. Por lo tanto, los seres humanos, estamos en condiciones de elegir el tipo de vida que queremos o, dicho de manera más “coachística”, somos capaces de hacernos cargo, siendo responsables, de ejercer el poder que tenemos de diseñar nuestra vida, de liderarla.

Para ello, el Coach Ontológico, se fundamenta en varias disciplinas, tales como la Filosofía (especialmente Sócrates y algunos sofístas y el Existencialismo), la Psicologia (Carl Rogers y la Escuela Personalista, Víctor Frankl, etc) y especialmente en los constructivistas, a partir de grandes científicos como J. Piaget y otros.

Desde esa mirada, los Coaches Ontológicos, definimos nuestro accionar, en el campo de los seres humanos y sus modos de pensar (modelos mentales), propios o heredados, que definen las maneras particulares que tenemos de hacer para obtener resultados.

Cuando nos preguntamos por nuestra vida, nuestro futuro y nuestro “estar siendo”, habitualmente entramos en espacios de incertidumbre, en los cuales “navegamos” constantemente y muchas veces nos sentimos incapaces de actuar o modificar, determinadas acciones, debido a que no hallamos las respuestas que buscamos. A estos espacios los denominamos de “ceguera cognitiva”. En esos espacios, actúa un Coach Ontológico, ayudando a su Coachee a encontrar las respuestas que busca y que solo no puede hallar.

Para poder hacerlo, los Coaches apelamos a la técnica de la pregunta, haciendo de “espejo” de nuestros clientes, a fin de ayudarles a ampliar sus espacios de posibilidades, para que puedan, finalmente construir la respuesta que buscan y desde ahí accionar para lograr resultados mucho más importantes que los que venía logrando hasta ése momento.

Sabemos, por nuestra formación, que las personas tenemos diferentes maneras de aprender. Una, la más común se denomina “ensayo- error”. Sin embargo, el problema se presenta cuando una misma acción, ya no provoca el resultado esperado o esperamos tener resultados mayores.

Entonces, aparece la forma de aprendizaje, consistente en buscar nuevas maneras de accionar para lograr resultados diferentes.

Todo esto constituye lo que denominamos “aprendizaje de primer grado”.

Existe otra forma de aprendizaje, el “aprendizaje de segundo grado”. 

Éste, esencialmente consiste en reconocer los límites que nos ponemos, encontrar las maneras de superarlos y ampliar de esa forma el horizonte de posibilidades que se nos presentan para poder escoger aquellas acciones que jamás imaginamos que podríamos realizar y por lo tanto, obtener los resultados que no pensábamos que éramos capaces de tener.

En este espacio actúa un Coach Ontológico. Está poderosa herramienta, aplicada primero en cada uno de nosotros, es la que utilizamos para que nuestro Coachee, siempre desde su “querer hacer” y su hacerse cargo como protagonista de su vida, pueda ir hallando sus propias respuestas.

Nuestra actitud como Coaches es la de escucha efectiva, la de la amorosidad y el respeto por el otro, que es el líder de su propio proceso.

 Los coaches preguntamos para saber cómo es el otro. No juzgamos no criticamos y nos manejamos con metáforas y analogías, ya que creemos en el poder generativo del lenguaje y en la condición única del lenguaje humano que es la recursividad, es decir la cualidad que tenemos de pensar y repensar lo que decimos.

Los coaches ontológicos, actuamos sabiendo que los humanos somos la suma de cuerpo, emocionalidad y lenguaje y que es posible acceder a nosotros desde cualquiera de los tres dominios. De ahí que, desde la amorosidad y el respeto, lleguemos hasta donde nuestro coachee desee que lo hagamos, a través de la indagación para poder conocer su estructura de sentido y su “cómo” o “por qué” a fin de ayudarle a encontrar otros “para qué” y poderosas formas diferentes de ver las cosas, para construir el ser que desea ser.   

Los Coaches Ontológicos estamos entrenados para trabajar con personas y grupos, pudiendo intervenir en su construcción o diseños de acciones, posicionándonos como observadores privilegiados, que trabajan en los contextos personales y existenciales, como también en los organizacionales, tales como visión, misión, valores, cultura, clima organizacional, relaciones comunicacionales, liderazgo, resolución de conflictos, etc.

Esta es la respuesta, somera, pero consistente a la pregunta que nos hicimos al principio.


Espero que sea este un buen aporte para definir el “ser” y el contexto para la acción de quienes abrazamos esta hermosa profesión. Un saludo.



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